Tyndale se complace en anunciar la publicación del libro más reciente de la autora de éxitos de mayor venta, Beth Moore.

Beth MooreLeer a Beth Moore es sinónimo de reflexión, de crecimiento, de ahondar en nuestro interior para hacernos crecer como personas. Es acercarnos, a través de sus palabras, a nuestro corazón y ayudarnos a reenfocar algunas facetas de nuestra vida. Y esto es precisamente lo que Beth Moore ha conseguido en su libro más reciente.  En este nuevo libro Persiguiendo la vid la autora de éxitos de mayor venta, aprovechando nuestro profundo deseo por vivir una vida fructífera, nos lleva a reflexionar en nuestra vida y los resultados que obtenemos en las decisiones que tomamos; en palabras de la autora:

 

“Tengo una esperanza y un sueño muy claros para este mensaje, y es audaz. Le estoy pidiendo a Dios que, con la abundancia de su gracia y bondad y una afinidad por su propia gloria, lo use de la manera que él quiera para incrementar significativamente la fructificación en la vida de cada lector”.

 

Persiguiendo la vid tiene la característica especial de hablar a los lectores, tanto si son creyentes experimentados como si acaban de acercarse a Jesús, ya que dar fruto y fruto en abundancia es uno de los mandatos que nuestro Señor nos ha dado, independientemente de cuánto tiempo hace que caminas a su lado.

Especialmente significativa es la imagen de la vid en el proceso al que nos desafía la autora, imagen que también evoca Jesús en el Evangelio de Juan, capítulo 15.

“Fui tras la única Vid verdadera de Juan 15: Cristo mismo. Entonces él me envió del pilar al poste en las Escrituras, buscando cada vid o viñedo en todo el canon. Algunas menciones de vides eran literales, desde luego. Otras eran metafóricas, pero pocas de ellas no tenían sentido en el tema general de la fructificación entre el pueblo de Dios. Y todas ellas sirvieron de alguna manera como telón de fondo para profundizar y embellecer el significado de la auto revelación de Cristo como la única Vid verdadera. Me encanta estudiar un tema en las Escrituras que me lleve virtualmente de principio a fin. Quiero decirles que casi podrían ir de Génesis a Apocalipsis columpiándose en las vides”.

 

Beth utiliza su ingenio y sabiduría para proporcionar una nueva esperanza. En este libro, rastrea las imágenes de viticultores, vides, ramas y frutos a través de las Escrituras, comparte historias de su propia vida y muestra cómo nada de lo que sucede en nuestra vida es desperdiciado, ni el lugar en el que hemos sido plantados, ni la poda dolorosa que sufrimos, ni siquiera el estiércol que se nos arroja cuando menos lo esperamos. Nada de lo que nos sucede es en vano.

 

 

Esta obra tiene un valor especial para Tyndale, y así lo expresó nuestro editor ejecutivo: «Creemos que la iglesia está sedienta y esperando el mensaje de una vida inmensamente fructífera. Tyndale tiene el honor de llevar este mensaje de esperanza y aliento a aquellos que han optado por creer, pero que están siendo atacados con preguntas y dudas. Este mensaje —esta conversación— necesita ser amplificada y promovida por encima del estruendo desesperado. Sentimos que es un honor unirnos a Beth Moore en este momento único en la historia de la iglesia, y lo hacemos con ánimo”.

 

Desde Tyndale queremos animarle a que se acerque a este libro y tome el desafío que Jesús nos hizo para ser fructíferos y llevar fruto allí donde él nos envía, reflexionando en todos y cada uno de los puntos que nos propone Beth Moore en esta obra tan especial.

 

 

PERSIGUIENDO LA VID

ISBN 978-1-4964-4407-3

Para más información acerca de la autora o para descargar el primer capítulo gratis visite: https://bethmoore.autortyndale.com/

Para adquirir el libro visite su librería cristiana más cercana o presione aquí: Tyndale.com  https://www.tyndale.com//p/persiguiendo-la-vid/9781496444073

 

 

PREGUNTAS Y RESPUESTAS con Beth Moore, autora del libro Persiguiendo la vid

  • ¿Qué te motivó a escribir Persiguiendo la vid?

Cada libro que he escrito ha llegado de la misma manera: un concepto de la Biblia me cautiva y no me abandona. Al principio doy por sentado que Dios me está guiando a hablar sobre el material, así que lo intento, pero en vez de saciar mi apetito, lo alimenta. Cuando han pasado varios meses y todavía no puedo sacudir mi fascinación del concepto puedo estar bastante segura de que Dios está a punto de enviarme de regreso a mi escritorio. Este fue ciertamente el caso de Persiguiendo la vid. Aún después de terminar el libro, todavía pienso constantemente en el material. Todavía busco las hileras de vides en cada colina escalonada. Ni siquiera paso por las frutas y verduras en una tienda de comestibles sin querer sonreírle a las uvas en venta. Todavía estoy obsesionada con el tema.

  • ¿Cuál es tu esperanza para este libro y la manera en que ayudará e instruirá a tus lectores?

Tengo una esperanza y un sueño muy claros para este mensaje, y es audaz. Le estoy pidiendo a Dios que, con la abundancia de su gracia y bondad y una afinidad por su propia gloria, lo use de la manera que él quiera para incrementar significativamente la fructificación en la vida de cada lector, de cada persona. Si un lector es nuevo en su caminar con Jesús, o ni siquiera ha comenzado, oro para que Dios use el libro para activar y ponerlo en marcha. Si un lector ha producido una gran cantidad de fruto para el reino de Dios, aun así, estoy pidiéndole a Dios que lo use para estimular todavía más fruto. No es solo porque siempre es mejor tener más. No es así. Es porque esta es la clara voluntad de Dios según una de las enseñanzas más importantes de Cristo a sus discípulos. El deseo de Dios de que siempre crezcamos en ser fructíferos se evidencia bellamente en Juan 15. Jesús describe a su Padre en el papel de Labrador, deseando que cada rama dé fruto (versículo 2), atendiéndola para que dé más fruto (versículo 2) y siendo glorificado cuando da mucho fruto (versículo 8). Yo verdaderamente quiero que la gente entienda que no hay excepciones a la garantía de Juan 15. Si permanecemos en Cristo, daremos fruto y, una vez que aprendamos lo que significa permanecer en Cristo, no habrá nada que prefiramos hacer. Haciendo eco del pasaje de Jeremías 1:12, estoy deseando que Jesús vigile su Palabra y la lleve a cabo. «Señor, tú dijiste que esto era lo que querías en Juan 15, así que ¡hazlo a tu manera y llévalo a cabo!».

No tienes que poseer ciertos dones, calificaciones o niveles de educación. No tienes que trabajar en una iglesia o en un ministerio. Si conoces a Jesús, estás destinado a ser inmensamente fructífero. En él, tu vida tiene un significado tremendo. Tu dolor importa. Tu lugar en esta generación importa. Tú importas.

Anhelo que la gente sepa que Dios quiere que florezcan. Al distanciarnos sabiamente de un evangelio de falsa prosperidad, no nos corrijamos en exceso al extremo opuesto a la pérdida de la buena noticia real, viva y legítima, que nuestra alma fue, en efecto, destinada por Dios para prosperar. Nunca se nos prometió cosas en abundancia, pero no te equivoques: Cristo vino para darnos una vida abundante, y quería que contribuyamos a lo que él está haciendo a esta hora en este planeta. El llamado al discipulado es un llamado a la influencia intencional.

  • Háblanos acerca del título Persiguiendo la vid. ¿Qué significa?

Fui tras la única Vid verdadera de Juan 15: Cristo mismo. Entonces él me envió del pilar al poste en las Escrituras, buscando cada vid o viñedo en todo el canon. Algunas menciones de vides eran literales, desde luego. Otras eran metafóricas, pero pocas de ellas no tenían sentido en el tema general de la fructificación entre el pueblo de Dios. Y todas ellas sirvieron de alguna manera como telón de fondo para profundizar y embellecer el significado de la auto revelación de Cristo como la única Vid verdadera. Me encanta estudiar un tema en las Escrituras que me lleve virtualmente de principio a fin. Quiero decirles que casi podrían ir de Génesis a Apocalipsis columpiándose en las vides.

  • Usando la metáfora del viñedo, hablas acerca de los desafíos como la tierra rocosa y la poda. ¿Cómo usa Dios los desafíos en nuestra vida para convertirnos en quienes él desea que seamos?

Uno de los conceptos que me llevó a esta desenfrenada persecución de la vid desde el principio mismo fue descubrir que, bajo condiciones fáciles, las vides tienden a producir mayormente hojas y muy poco fruto. No prosperan bajo condiciones perfectas. Hay un dicho que escuché al comienzo de mi investigación que captura esta idea: las vides estresadas producen vinos excelentes. Ponemos esa información en la metáfora de la fructificación espiritual y, de repente, la mayoría de nosotros empezamos a animarnos con una esperanza nueva. Es cierto que demasiado estrés puede matar la planta, hablamos de eso en el libro, pero un poco de desafío es lo que hace que la rama florezca y dé fruto. Si ustedes son como yo, no pueden hacer que su vida se arregle por completo. Demasiadas rocas en el suelo. Demasiado calor en el clima. Es posible que se den cuenta de que, justo allí en esas condiciones desagradables, están en buena situación para producir mucho fruto.

Una de mis mayores esperanzas para este libro se basa en una de mis preocupaciones más grandes por el cuerpo de Cristo: que no nos desanimemos y renunciemos. Este es el tipo de cosas que me mantienen despierta en la noche respecto a los siervos jóvenes que llegan a la madurez. Es muy fácil confundir la poda del Labrador con estar acabado u olvidado, traicionado, destruido o quebrantado en pedazos por él. No importa cuán a menudo hayamos estudiado Juan 15, cuando estamos atravesando una temporada muy difícil o sintiéndonos ya sea apartados o cortados en pedazos, no hay revelación más bienvenida de que Dios estima tanto a la rama fructífera que la tuerce, la voltea y la ajusta para que dé aún más fruto. Él no se preocupa por podar las ramas que no dan fruto.  ¿Sientes que le diste todo a Dios, pero justo ahora parece que está dispuesto a destruirte? Lo que estás atravesando es temporal. Sus intenciones hacia ti solo son buenas. Permanece en su amor más profundamente que nunca. Ten comunión con él. Confía en él. Si lo haces, una inmensa fructificación está al otro lado de esta temporada aterradora.

  • ¿Cómo es una vida inmensamente fructífera?

Se ve como cualquiera de nosotros, joven o viejo, soltero o casado, de cualquier ámbito de vida y en cualquier temporada, escuela, profesión o vocación, en cualquier lecho de enfermo, saliendo de cualquier rehabilitación, asilo, palacio, rascacielos, hotel cinco estrellas, trabajando en cualquier puesto del gobierno o encontrándonos en cualquier situación de desempleo, ofreciendo todo lo que somos, todo lo que tenemos, todo lugar en que hayamos estado, todo lo que hayamos experimentado, puestos a disposición total de Cristo para la gloria de su Padre y aferrándonos sin reservación ni vacilación solo a Jesús.

  • ¿Cuál fue tu conclusión más convincente de tu tiempo en el viñedo y cómo se relaciona con el plan de Dios para nuestra vida?

Lo que más me cautivó fue cuán intencionales son las imágenes de Cristo en Juan 15. Las pueden ver no solo en el tiempo prioritario de sus enseñanzas (justo antes del huerto de Getsemaní y su arresto y crucifixión), sino también en el fascinante significado y simbolismo de las vides y los viñedos en el resto de las Escrituras. Él no estaba sacando rápidamente una parábola pequeña y espontánea. Estaba cambiando todo un paradigma. También eligió imágenes con descubrimientos prácticamente infinitos. Dos años después de desarrollar mi enamoramiento de las uvas todavía estoy aprendiendo muchas cosas acerca de cómo se conectan las vides y las ramas, y lo que está ocurriendo abajo en las raíces y la tierra, y encima por medio de los rayos del sol y la lluvia. El proyecto está completo, pero mi fascinación con él no se ha saciado ni un ápice.