CRECIMIENTO ESPIRITUAL EL MITO DE LA CUARESMA: ¿UNA OBLIGACIÓN U OPORTUNIDAD?

¿Se ha preguntado alguna vez de qué se trata realmente la Cuaresma? ¿Qué es: una práctica legalista innecesaria o una disciplina espiritual que da vida?

Cuaresma es un término espiritualmente cargado. Para algunos, es un largo período de privación (¿por qué dejaría una persona el café o Instagram durante seis semanas?). Para otros, es un ritual legalista que debería ser evitado. Otros más encuentran que la Cuaresma es una temporada espiritualmente fructífera que esperan cada año.

Si usted proviene de un trasfondo o denominación que tradicionalmente no observa la Cuaresma, es posible que se esté preguntando a qué se debe tanto alboroto. ¿Qué es: una práctica legalista innecesaria o una disciplina espiritual que da vida? ¿Cómo puede abordar esta temporada cuando hay opiniones muy contradictorias acerca de ella entre los cristianos de diversas iglesias y denominaciones?

Pero, en lugar de participar en el debate de «observar la Cuaresma o no observar la Cuaresma», ¿qué pasaría si hubiera otra manera de ver las semanas previas a la Pascua? ¿Qué pasaría si viéramos la Cuaresma a través de la lente no de la obligación sino de la oportunidad: una invitación para acercarnos a Cristo caminando con él hasta la cruz y a la tumba vacía?

Por medio de las disciplinas espirituales de la Cuaresma, esta temporada puede crear espacio y proveer enfoque en nuestra vida, preparando nuestro corazón para recordar la pasión de Cristo y celebrar su resurrección.

La Cuaresma nos ayuda a crear espacio por medio del ayuno.

Las prácticas asociadas más comúnmente con la Cuaresma incluyen ayunar y «renunciar» a algo durante el período de 40 días entre el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo (sin incluir los domingos). Algunas iglesias ortodoxas y otras orientales ayunan grupos alimenticios completos, incluyendo carne y lácteos Pero muchos que observan la Cuaresma simplemente eligen renunciar a una comida o bebida favorita, como dulces o café. También, el ayuno no siempre tiene que estar relacionado con la comida. Las personas pueden elegir abstenerse de la televisión, las redes sociales, y otras cosas o hábitos que a menudo consumen mucho tiempo pero rara vez son espiritualmente fructíferos.

La intención detrás del ayuno no debe ser un fin en sí mismo sino crear espacio para la oración. El ayuno fomenta esto de tres maneras  :

1) Ahorra el tiempo que habría pasado en lo que está ayunando, ya sea saltando una comida o renunciando a una maratón de Netflix.

2) Sirve como un recordatorio incorporado para orar. Abstenerse de esa barrita de Snickers durante un antojo de azúcar en la tarde le recuerda que no solo renunció por la Cuaresma, sino por qué renunció a ella, para enfocarse en su relación con Dios por medio de la oración. (¡También es una buena oportunidad para orar por fortaleza!)

3) Incrementa la consciencia de su dependencia en Dios. Sentirse débil es natural cuando se trata de ayunar comida durante un tiempo, porque nuestros cuerpos dependen literalmente de ella (¡asegúrese de consultar con su médico antes de intentar este tipo de ayuno!) Pero hasta el ayuno de algo que siente que «necesita» para atravesar el día (café, Instagram, etcétera) puede recordarle que depende solamente de Dios para todo lo que necesita.

Aunque el ayuno puede no ser divertido, aun así es un regalo debido al espacio que crea en nuestra vida para la oración y la libertad que nos ofrece de los hábitos y adicciones que nos distraen de nuestra dependencia en Dios.

La Cuaresma nos ayuda a enfocarnos en Cristo.

En vez de ayunar algo durante la Cuaresma, algunos cristianos añaden otra disciplina espiritual a sus rutinas diarias, como leer la Biblia o pasar más tiempo en oración. Aunque la oración y la lectura de la Biblia son disciplinas que no deberían estar limitadas a la Cuaresma, enfocarse en ellas durante una temporada puede ayudarlo a desarrollar mejores hábitos espirituales que continuarán durante todo el año.

Si no está seguro de por dónde comenzar, elija una disciplina espiritual que no esté haciendo actualmente (o quisiera hacer más). Aquí hay algunas sugerencias:

1) Lea el Nuevo Testamento. Si quiere convertir la lectura de la Biblia en un hábito pero no está listo para leer toda la Biblia en un año, esta puede ser una buena manera de sumergirse en la Palabra de Dios con una meta accesible a corto plazo.

2) Encuentre un momento y lugar para orar diariamente. Programe su alarma quince minutos más temprano. Designe un rincón de su dormitorio o un «clóset de oración» donde pueda estar a solas con Dios. Si el entorno de su hogar lo distrae demasiado, intente salir a caminar o busque una iglesia que tenga una capilla donde pueda orar.

3) Fije una meta de memorización de las Escrituras, como memorizar todo un capítulo, salmo o pasaje. ¡Isaías 53 y el Salmo 51 son pasajes excelentes para la Cuaresma! Trate de memorizar un versículo por día hasta que haya aprendido de memoria toda la selección, después medite en ella en oración durante el resto de la Cuaresma.

La Cuaresma prepara nuestro corazón para celebrar la Pascua.

El propósito de la Cuaresma está envuelto en la Pascua; la pasión, muerte y resurrección de Cristo son realidades tan monumentales que no es posible que podamos apreciar su significado con solo algunos días de preparación. Al tomar un período prolongado para enfocarnos en nuestro Señor a través de disciplinas espirituales diarias, le estamos dando a nuestra alma el regalo del espacio para recibirlo más profundamente y celebrar la Pascua más plenamente.

Al cambiar nuestra perspectiva acerca de la Cuaresma de obligación a oportunidad, reconocemos una invitación a crecer en nuestra fe y acercarnos más a Cristo, que es, en última instancia, el deseo de todos los cristianos de toda denominación. Permita que la Cuaresma sea una plataforma de lanzamiento para renovar su compromiso con Cristo y seguirlo más de cerca en las semanas previas a la Pascua y a través del año, durante toda su vida.