En los momentos de crisis, de dificultad, los cristianos siempre hemos acudido a los Salmos, buscando una conexión especial con Dios a través de su Palabra y por medio de estas oraciones y alabanzas.

El Salmo 63 es una de esas oraciones que tantas y tantas veces hemos cantado en nuestras iglesias y que ahora se hace, si es posible, más real en nuestras vidas.

David se encontraba en el desierto de Judá cuando escribe estas palabras. Y es muy significativo que nos sintamos identificado con ellas, porque el desierto, en la Palabra de Dios, siembre tiene que ver con un periodo de prueba, de sufrimiento, de angustia o crisis.

Oh Dios, tú eres mi Dios;
    de todo corazón te busco.
Mi alma tiene sed de ti;
    todo mi cuerpo te anhela
en esta tierra reseca y agotada
    donde no hay agua.
Te he visto en tu santuario
    y he contemplado tu poder y tu gloria.

 Tu amor inagotable es mejor que la vida misma;
    ¡cuánto te alabo!
Te alabaré mientras viva;
    a ti levantaré mis manos en oración.

 Tú me satisfaces más que un suculento banquete;
    te alabaré con cánticos de alegría.

Salmo 63:1-5 NTV

Los cristianos sabemos que en los momentos de angustia y dificultad como los que estamos viviendo, nuestra alma anhela al Señor. Porque somos conscientes de que hemos visto su poder y gloria y sabemos que su amor es «inagotable». Por lo tanto, en medio de toda esta crisis, lo mejor que podemos hacer, lo único que nos traerá paz y tranquilad, es acercarnos a Dios y buscar la paz que solo él puede darnos.

A lo largo de su Palabra encontramos muchas promesas de parte de Dios en las que nos asegura que él vela y cuida de nosotros, y que no nos desampara. Si conocemos sus caminos, y los seguimos, él no nos dejará.

Hay unas palabras que Josué recibe en el momento en el que se hace cargo del liderazgo del pueblo de Dios, cuando el Señor vincula el resultado de su misión con el estudio y la práctica de sus mandatos, escritos en su Palabra.

Dice Josué 1:8: «Estudia constantemente este libro de instrucción. Medita en él de día y de noche para asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito. Solamente entonces prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas».

Estudiar, meditar y obedecer son cosas diferentes. Adquirimos el conocimiento por medio del estudio; al meditar hacemos nuestro ese mensaje y al obedecer lo hacemos real. Esa es la fórmula para que a Josué todo le salga bien y esa es la promesa que Dios nos da a todos nosotros.

Si hay algo que esta crisis nos está dando es tiempo, y ¿qué mejor manera de aprovecharlo que tomando la oportunidad para estudiar, meditar y obedecer la Palabra de nuestro Señor?

Desde Tyndale queremos animar a aprovechar esta oportunidad de parar de todo lo que estábamos haciendo, y utilizar este tiempo para acercarnos más a nuestro Señor por medio del estudio de su Palabra y la oración.

Es por eso que te invitamos a que nos busques cada día en las redes sociales, donde estamos compartiendo palabras de ánimo, además de recursos y materiales que nos ayudarán a tener un tiempo con el Señor más gratificante. Nuestra meta es que todos podamos aprovechar nuestro tiempo de una manera muy especial en estos días de confinamiento.

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También te invitamos a que te unas a nosotros en oración, desde cualquier lugar donde te encuentres, para juntos interceder ante el Señor por esta circunstancia, para dar gracias por los trabajadores de salud, los policías, los trabajadores de supermercados, los cuidadores de personas mayores, y todos los que estos días están trabajando muy por encima de sus obligaciones para servir a los demás. Y de una forma especial queremos pedir por nuestros pastores y líderes, que en estos días están abrumados por las necesidades pastorales que tienen muchos de nuestros hermanos y las personas de nuestras comunidades.

Aquí compartimos unas oraciones del equipo de Tyndale, junto con varios autores y miembros del equipo de traducción de la NTV.

Que Dios use toda esta situación para que su iglesia brille en medio de la oscuridad, y que nos acerquemos más y más a él.

Bendiciones para todos.