UNA CELEBRACIÓN POCO COMÚN

 

Hay personas que se merecen toda nuestra admiración; gente que dedica su vida a formarse y prepararse para servir y ayudar a otras personas. Por nombrar a algunos, están los policías, bomberos, soldados, médicos, maestros, enfermeros, y un largo etcétera de profesionales que dedican su vida a cuidar de las personas que tienen cerca. Todos ellos merecen nuestra admiración.

Estas vocaciones son realmente especiales porque en la mayoría de los casos no están suficientemente bien pagadas, en comparación con la dedicación y preocupación que supone el desarrollo del trabajo profesional de ellos.

Sin embargo, hay un grupo de personas que merecen una mención aparte, es este grupo de hombres y mujeres que dedican su vida a cuidar de los demás de forma muy particular, y estos son, los pastores.

En muchos lugares del mundo se ha declarado al mes de octubre como el mes del pastor, donde la mayoría de las congregaciones locales reconocen públicamente al siervo de Dios, por su magna tarea y dedicación a la obra de Dios.

Una distinción radica en la naturaleza del servicio que estos líderes proveen; es que Dios les ha encomendado una de las tareas más maravillosas, que es velar por el bienestar espiritual de su rebaño. Por eso es tan peligroso cuando un ministro se vuelve ineficaz, porque lo que está en juego son las almas de sus feligreses.

Los pastores dedican su vida a cuidar de las personas de una manera integral, y de manera muy especial, estos también son salvavidas al cuidado del alma y el espíritu. Los pastores y las pastoras enseñan, instruyen, consuelan, guían, acompañan, y sobre todo cuidan de las personas, y no solo lo hacen con los miembros de sus congregaciones, lo hacen con todas las personas que Dios pone delante de ellos, independientemente de donde vienen y a donde van. Lo único que importa es que Dios los ha traído a ellos en ese momento y a estas personas se deben.

En muchas ocasiones, y cabe decir que muy tristemente, estos mismos pastores se sienten solos, abandonados, incomprendidos, sobrepasados, criticados y rechazados. Es por todo esto que, en el mes del pastor, desde Tyndale queremos mostrar nuestro respeto y admiración por los siervos y las siervas de Dios que dedican sus vidas a cuidar de los demás.

En muchas ocasiones trabajan secularmente porque las iglesias que pastorean no pueden proveerles un salario. Pero esto no disminuye su ilusión y compromiso, porque es el mismo Dios que ha puesto en su corazón el deseo de servirle a través del pastorado.

Por lo tanto, en estos días hacemos nuestras estas palabras de Pablo a los Tesalonicenses:

 Amados hermanos, honren a sus líderes en la obra del Señor. Ellos trabajan arduamente entre ustedes y les dan orientación espiritual.  Ténganles mucho respeto y de todo corazón demuéstrenles amor por la obra que realizan. Y vivan en paz unos con otros. 1 Tesalonicenses 5:12-13 (NTV)

Demos honra a estos líderes y cuidemos de ellos; también, devolvámosles un poco de lo que recibimos cada día de ellos.

Desde Tyndale y por medio de este artículo, queremos hoy crear conciencia para que cada lector pueda, en este mes, darse cuenta de la importancia que tiene valorar y bendecir en vida a aquellos siervos del Señor que invierten su vida para edificarnos, equiparnos y bendecirnos espiritualmente.

Quizás usted es cristiano por mucho tiempo y, por una causa u otra, ha perdido la buena costumbre, aunque sea una vez al año, de dar reconocimiento y agradecimiento público al pastor donde se congrega.

Hoy le proponemos orar por sus pastores diariamente, enviarles un mensaje con un saludo, darles una llamada o una visita, en la que les haga saber que no están solos, que los ama y respeta, y para que se sientan acompañados, honrados y respetados. Este pequeño gesto puede marcar la diferencia.

El amor y el aprecio existen para ser demostrados, son para brindarlos y para que los pastores sientan que las personas dentro su congregación son el “Aarón” que ellos necesitan.

De parte de toda la comunidad cristiana y de la Iglesia global, damos gracias a los pastores y a las pastoras por su trabajo y liderazgo en ayudar a hacer discípulos semejantes a Cristo en todas las naciones.

Y por esta razón, nos agrada dedicar este artículo a los pastores, y celebrar y promover el mes de celebración para el pastor.