La Semana Santa

En el calendario cristiano, encontramos dos fechas que marcan los dos puntos centrales de nuestra fe. El 24/25 de diciembre, cuando celebramos el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, y la Semana Santa, cuando recordamos el sacrificio de nuestro Señor en la cruz y celebramos su resurrección y su victoria sobre la muerte y el pecado.

Ambos eventos son centrales en el ejercicio de nuestra fe. El nacimiento de Jesús es el cumplimiento de la promesa por parte de Dios de la llegada del Mesías:

Muy bien, el Señor mismo les dará la señal. ¡Miren! ¡La virgen concebirá un niño! Dará a luz un hijo y lo llamarán Emanuel (que significa «Dios está con nosotros»).

Isaías 7:14, NTV

 Y depositamos toda la esperanza de la humanidad en ese nacimiento. Dios con nosotros, Dios encarnado en su hijo Jesucristo para tender el puente definitivo en su plan para darnos la oportunidad de podernos reconciliarnos con él.

Sin embargo, el plan de salvación de Dios para con el ser humano no terminaría hasta que Jesús ocupara nuestro lugar en la cruz: hasta que Jesús muriera por nosotros y nos diera la oportunidad de aceptar este regalo de la salvación por medio de su muerte y su resurrección, con lo cual venció a la muerte y al pecado. Por eso es tan importante el recordatorio del acontecimiento más grande de la historia de la humanidad.

El sacrificio de Jesús fue profetizado por el profeta Isaías en el capítulo 53 de su libro, el cual de forma magistral narra ¡700 años del nacimiento de Jesús! Describe cómo sería esa semana de la Pasión, la cual en estas fechas celebramos, y es un texto que lo invitamos a leer en estos días de recogimiento y reflexión.

Durante estos días, celebramos el amor de Jesús para con nosotros porque su sacrificio en la cruz es la muestra de amor más grande de la historia. Lo es, en primer lugar, porque Jesús era inocente de todo pecado, «él no había hecho nada malo, y jamás había engañado a nadie», y él ocupó nuestro lugar en la cruz por amor (Isaías 53:9, NTV). Además, estuvo consciente de que su sacrificio no solo no sería aceptado por toda la humanidad, sino que muchísimas personas iban a rechazarlo, y continuarían despreciándolo a él y a su mensaje.

Así que nos sentimos privilegiados por habernos encontrado con él en nuestras vidas, por haber entendido y aceptado el mensaje del evangelio y porque sabemos que somos amados tanto que Jesús consideró que valdría la pena morir por nuestras vidas.

Si la Navidad es la celebración de la alegría, de la felicidad, de los regalos y de los encuentros en familia, la Semana Santa es la celebración de la solemnidad, del recogimiento, del dolor y de la empatía por todo lo que Jesús sufrió. Pero hay un sentimiento que ambas celebraciones comparten. Ambas celebraciones le traen la esperanza al ser humano: la esperanza de saber que Jesús nos acompaña, nos ama y nos ha salvado.

Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.

Juan 3:16, NTV

Para estos días de recogimiento y reflexión, desde Tyndale queremos recomendarle estas publicaciones que le ayudarán a acercarse a Jesús y a recordar el grandísimo valor que usted tiene, que todos tenemos, para nuestro Señor.

Esperanza del Dr. David Jeremiah.

Para muchos, la preocupación, la ansiedad y el miedo son compañeros constantes: miedo a la muerte, miedo al peligro, miedo a la enfermedad. En el mundo impredecible y contencioso de hoy, ¿quién puede culparnos?

Con demasiada frecuencia, estos temores son paralizantes y nos roban la vida que Dios nos ha llamado a vivir. ¿Hay esperanza alguna en medio de toda esta oscuridad? En Esperanza, el Dr. David Jeremiah explora los siete miedos principales que nos impiden vivir la vida a la cual Dios nos ha llamado.

Con cada página, aumentará su convicción de que Dios es la respuesta que ha estado buscando. Al mirar hacia el futuro, comenzará a ver nada más allá del poder y el amor de Dios protegiendo cada paso que usted da. Camine hacia la verdad y comience a vivir y a disfrutar la vida para la cual Dios lo creó.

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Aliméntese de las Escrituras de Charles R. Swindoll

¿Está usted consiguiendo el alimento espiritual que necesita?

Todos nosotros hemos experimentado momentos en los cuales no hemos tenido una dieta balanceada o hemos comido alimentos con niveles muy altos de azúcar. Inmediatamente nos sentimos enfermos, mareados y tal vez deprimidos o irritables. Esta es la manera en la cual nuestro cuerpo nos indica que carece de suficientes alimentos apropiados. La salud óptima requiere de una nutrición óptima, y lo mismo sucede con nuestra vida espiritual. Sin una suficiente y constante alimentación bíblica, nuestra vida interior comienza a sufrir las consecuencias.  En este libro, él describe los principios de estudio de la Biblia que le ayudarán a comprender la Palabra de Dios, aplicarla a su propia vida y compartirla con las personas en su vida diaria. Muchas personas tratan de hacerlo por cuenta propia, sin ningún tipo de guía espiritual para esta vida y la venidera. Por esta razón, Swindoll nos enseña detalladamente en este libro cómo podemos identificar y poner en orden nuestras comidas espirituales, así como participar de un banquete de verdades alimenticias por medio de la Palabra de Dios.

 

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